09 OCT 2025

Exhortación Apostólica DILEXI TE del Papa Leon XIV (Resumen)

Exhortación Apostólica Dilexi te

Papa León XIV

🕊️ Introducción

El Papa León XIV retoma el proyecto que el Papa Francisco había iniciado antes de su muerte, como continuación de Dilexit nos. El texto parte de las palabras de Cristo: “Yo te he amado” (Ap 3,9), dirigidas a una comunidad débil y pobre. Explica que el amor de Cristo hacia los pobres revela el corazón mismo del Evangelio: Dios se identifica con los débiles y llama a la Iglesia a amarlos y servirlos como camino de santificación.

📖 Capítulo I – Algunas palabras indispensables

Jesús une el amor a Él con el amor a los pobres (Mt 25,40). No se trata de filantropía, sino de revelación divina: en los pobres se encuentra al mismo Cristo.
San Francisco de Asís es modelo de esta opción evangélica. El Papa recuerda el llamado a “no olvidarse de los pobres” como clave de conversión.
Se analiza el “grito de los pobres” en la historia, las múltiples formas de pobreza (material, moral, cultural, espiritual) y la necesidad de un cambio de mentalidad frente a la cultura del descarte.
Concluye denunciando la meritocracia falsa y las ideologías que justifican la desigualdad, recordando que la caridad es el núcleo del Evangelio.

✝️ Capítulo II – Dios opta por los pobres

Dios se hace pobre en Cristo. Su Encarnación revela una opción teológica por los pobres, nacida del amor misericordioso.
El Antiguo Testamento muestra a un Dios defensor del débil y libertador de los oprimidos.
En Jesús, Mesías pobre, se cumple plenamente esta predilección divina: nació sin poder, vivió en pobreza y murió fuera de la ciudad.
Jesús proclama bienaventurados a los pobres y enseña que en ellos se manifiesta el Reino.
El amor a Dios y al prójimo se unen inseparablemente; las obras de misericordia son criterio del juicio final.
La primera comunidad cristiana entendió la fe como servicio concreto a los necesitados, haciendo de la caridad una dimensión esencial de la vida eclesial.

Capítulo III – Una Iglesia para los pobres

La Iglesia debe ser “pobre y para los pobres”. Sus verdaderos tesoros son los necesitados.
Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia (Ignacio de Antioquía, Policarpo, Justino, Crisóstomo, Ambrosio, Agustín) enseñaron que servir a los pobres es servir a Cristo.
La caridad es culto verdadero: sin atención al necesitado, el culto se vuelve vacío.
A lo largo de la historia, la Iglesia ha manifestado esta opción en múltiples formas:

1. Cuidado de los enfermos

Inspirados en Jesús médico del alma y del cuerpo, santos como Cipriano, Juan de Dios y Camilo de Lelis fundaron hospitales y órdenes dedicadas a los enfermos.
Las religiosas hospitalarias extendieron esa compasión con ternura maternal.

2. Vida monástica

Los monjes, desde Basilio y Benito, unieron oración y servicio: acogieron peregrinos, pobres y enfermos, convirtiendo los monasterios en lugares de caridad y educación.

3. Liberación de los cautivos

Órdenes como los Trinitarios y Mercedarios rescataron esclavos, ofreciendo incluso su vida por ellos, signo del amor redentor de Cristo.

4. Órdenes mendicantes

Francisco, Clara y Domingo encarnaron la pobreza evangélica, viviendo entre los pobres y proclamando con su vida la libertad del Evangelio.

5. Educación de los pobres

Santos como Calasanz, La Salle, Champagnat y Don Bosco vieron en la educación un acto de caridad y justicia.
Fundaron escuelas gratuitas, formando en dignidad, fe y trabajo.

6. Acompañamiento a los migrantes

San Scalabrini y Santa Francisca Cabrini se dedicaron a los migrantes pobres, revelando el rostro de una Iglesia que acoge, protege, promueve e integra.

7. Testigos de la pobreza evangélica

Santa Teresa de Calcuta y Santa Dulce de los Pobres representan la caridad vivida hasta el extremo: ver y servir a Cristo en los más abandonados.

8. Movimientos populares

El texto alaba los movimientos laicales que luchan por justicia y dignidad desde abajo, donde los pobres son sujetos activos, no receptores pasivos.

🕊️ CAPÍTULO IV – UNA HISTORIA QUE CONTINÚA

1. El siglo de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 82–83)

La Iglesia ha acompañado los grandes cambios sociales y tecnológicos con la luz de la fe, escuchando el clamor de los pobres. Desde Rerum novarum (León XIII) hasta Mater et Magistra (Juan XXIII), el Magisterio ha promovido justicia, dignidad del trabajo y solidaridad mundial.
👉 Los pobres no son solo objeto de asistencia, sino sujetos de sabiduría y de transformación social.

2. El Concilio Vaticano II y su orientación hacia los pobres (n. 84–86)

El Concilio recuperó la conciencia de la Iglesia como “Iglesia de los pobres”. Documentos como Gaudium et spes subrayaron el destino universal de los bienes y la función social de la propiedad.
👉 La Iglesia, para ser fiel a Cristo, debe asemejarse más a su Señor pobre que a los poderes del mundo.

3. El Magisterio posterior (n. 87–88)

San Juan Pablo II consolidó la opción preferencial por los pobres como expresión esencial de la caridad cristiana (Sollicitudo rei socialis, Laborem exercens).
Benedicto XVI, en Caritas in veritate, profundizó la dimensión política del amor al prójimo, señalando que el hambre proviene de estructuras institucionales injustas.
👉 El amor cristiano tiene dimensión política y busca transformar estructuras sociales.

4. El magisterio latinoamericano (n. 89–91)

Las conferencias de Medellín y Puebla asumieron con fuerza la opción por los pobres, denunciando las “estructuras de pecado”.
Francisco, siguiendo esta línea, llama a escuchar el “clamor de los pueblos” y a transformar las raíces del mal social.
👉 La caridad es una fuerza histórica que cambia estructuras, no solo un gesto piadoso.

5. Denuncia de la economía injusta y la alienación social (n. 92–96)

El documento denuncia la “dictadura de una economía que mata”, la idolatría del mercado y la indiferencia ante el sufrimiento.
👉 Ignorar al pobre es aceptar una alienación social y espiritual que deshumaniza.

6. Transformación estructural y ecológica (n. 96–97)

Se exhorta a construir ciudades justas, sostenibles y abiertas, vinculando justicia social con ecología integral.
👉 La degradación ambiental y la pobreza tienen una raíz común: la cultura del descarte.

7. Conversión pastoral y teológica (n. 98–102)

El documento recuerda Aparecida: los pobres no son solo destinatarios sino sujetos de evangelización y cultura. Su fe popular es fuente de sabiduría para toda la Iglesia.
👉 Los pobres evangelizan con su esperanza y su modo sencillo de vivir la fe.

✝️ CAPÍTULO V – UN DESAFÍO PERMANENTE

1. La atención a los pobres como parte esencial de la Iglesia (n. 103–104)

El amor a los pobres pertenece a la identidad misma de la Iglesia. No es filantropía, sino respuesta al amor de Cristo.
👉 Cada renovación eclesial comienza con un regreso a los pobres.

2. El buen samaritano hoy (n. 105–107)

Francisco invita a leer la parábola del Buen Samaritano como espejo del discípulo. Frente al herido, la indiferencia es negación del Evangelio.
👉 Ser cristiano significa detenerse ante el sufrimiento y hacerse prójimo.

3. Los pobres como maestros de fe (n. 108–110)

San Gregorio Magno recordaba que los pobres son intercesores y purificadores del orgullo humano.
👉 Ellos revelan la verdad de nuestra fe y la autenticidad de nuestra caridad.

4. La opción por los pobres: esencia del cristianismo (n. 110–114)

Los pobres son la “carne de Cristo”. Su atención no puede reducirse al plano asistencial; exige justicia, evangelización y cercanía espiritual.
👉 La peor discriminación hacia los pobres es negarles la atención espiritual y sacramental.

5. La limosna como gesto evangélico (n. 115–119)

Se reivindica la limosna como acto de encuentro, no como sustituto de la justicia.
👉 Dar es mirar al otro a los ojos y reconocerlo como hermano.

6. El amor cristiano sin límites (n. 120–121)

El amor cristiano es universal, derriba muros y une enemigos. Una Iglesia sin fronteras del amor es la que el mundo necesita.
👉 El amor es profético, creador de fraternidad y esperanza.

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