Comentario diario

Jueves 29 de abril – Sta. Catlaina de Siena, virgen, doctora y patrona de Europa (Fiesta)

Fiesta de Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, patrona de Europa. Lecturas propias: 1Jn 1,5-2,2. Sal 102. Mt 11, 25-30

?En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños»?.

Podríamos decir que en Santa Catalina de Siena, terciaria dominica, tenemos una encarnación de este evangelio. Procedía de una familia humilde y aprendió a leer y escribir ya talludita. A pesar de estos vacíos de curriculum, el Espíritu Santo es capaz de hacer de las suyas a través de corazones dóciles y piadosos.

Encontramos a lo largo de la historia de la Iglesia cómo la acción del Paráclito eleva a las cumbres de la santidad a personas que llegan allí no por la vía del brillo académico, ascendencia familiar o posición social. Estos logros humanos, que pueden ser muy meritorios, no son necesariamente cualidades para alcanzar la santidad. Por eso, aunque encontramos grandes teólogos que llegan a altas cimas en el conocimiento divino, como quien sube una ardua montaña paso a paso, encontramos al mismo tiempo santos que, sin brillar por unas cualidades académicas, se dejan llevar de tal modo por el Espíritu Santo y corresponden a la gracia de tal modo que llegan a esa misma cima como con alas.

Esta contemplativa mujer, que apenas vivió 33 años, fue decisiva para iluminar la situación complejísima en que se encontraba la iglesia de su tiempo, allá por el siglo XIV. Las tensiones políticas y sociales azotaban la barca de Pedro, cuya residencia se encontraba al amparo del rey francés, en Avignon, muy lejos de la tumba del pescador. Aun después de conseguir que la residencia volviera a estar junto a la tumba en la ciudad eterna, Catalina tuvo que enfrentar males mayores, como los inicios de lo que se convertiría en el cisma de occidente, una llaga dolorosísima en el corazón de Cristo.

Mujer intrépida, dada a la mortificación e incansable oración, pacificó cuanto pudo y dio testimonio de la paz que Cristo trajo al mundo, tan fácil de olvidar para los hombres que se abandonan a la mundanidad.

Junto con santa Brígida de Suecia y Teresa Benedicta de la Cruz, fue declarada por san Juan Pablo II como patrona de Europa en 1999, víspera del gran jubileo del tercer milenio de la era cristiana.